Curso 2021-2022
Dirige el club de lectura: Ester Folgueral
Estrenamos club en noviembre con la lectura de Palabras mayores, de Emilio Gancedo, que aceptó nuestra invitación para desplazarse a Cacabelos y comentar con los participantes su obra. Es la segunda ocasión en la que Emilio asiste a uno de nuestros clubes de lectura; en la primera, nos visitó en el de Coherencia donde charlamos sobre La Brigada 22.
Palabras mayores se reeditó en 2020 por la editorial Pepitas de calabaza, que reseña así la obra en su web: Durante medio año Emilio Gancedo se echó a la carretera y pacientemente hizo un recorrido por la diversidad y heterogeneidad de lo que hoy llamamos España. En su camino se encontró y charló largo y tendido con personas vinculadas al medio rural, todas ellas cultivadoras de recuerdos, ejemplos comprometidos con la memoria viva. Fruto de ese trabajo es Palabras mayores, una suma de historias, recuerdos, anhelos y enseñanzas de una generación, los nacidos antes o inmediatamente después de la guerra civil, a quienes prácticamente hemos dejado de escuchar; un libro que rescata muchas experiencias y enseñanzas útiles para el presente de unas gentes extraordinarias que pasaron en pocas décadas del Neolítico a Internet.
Los participantes del Club de lectura de la Biblioteca de Cacabelos, la mayoría mujeres como en casi todos los clubes de lectura en una proporción de 9 de cada 10, le pidieron a Emilio Gancedo que escribiera otro libro tan especial como este, pero entrevistando a las mujeres, casi ausentes en Palabras mayores. Él aceptó, plenamente de acuerdo con ellas en que eran las grandes ausentes.
También leímos Los recuerdos del porvenir, de Elena Garro; Patria, de Fernando Aramburu y Expiación, de Ian Mc Ewan, es una novela tan breve como apasionante. Quizás la historia sea más conocida por la película, pero aún sabiendo el argumento sus personajes tienen tanto peso con sus conflictos que es una de las obras que más debate generó este curso.
En el encuentro de diciembre debatimos sobre Mi vida querida, de la Premio Nobel canadiense Alice Munro, continuando con el propósito de acercar más el género de la narrativa breve a los lectores. Este libro de cuentos requirió esfuerzo -que se vio recompensado con mayor disfrute-, pues leer relatos requiere más atención y otras pautas de lectura distintas a las de la novela, que es el género habitual y mayoritario de los lectores. Una de las pautas que siempre doy es la de que un cuento se lee de una sentada, no puedes dejarlo a medias porque tendrás que volver a comenzar su lectura cuando vuelvas a él. Un cuento se empieza y se termina sin interrupción.
En abril nos visitó Tomás Sánchez Santiago, del que leímos Calle Feria, IX Premio de Novela Ciudad de Salamanca. Es una obra que los lectores valoraron mucho, y de la que pudimos charlar ampliamente con su autor.
Estoy plenamente de acuerdo con el resumen que hace la editorial Algaida: Igual que aquellos jóvenes medievales del Decamerón, en una pequeña ciudad de vida interior dos muchachos intentan sobrevivir cada tarde al aburrimiento inventando una historia alternativa, una fiesta rebelde surtida por fábulas y palabras que no repiten la macilenta vida gris de aquel marasmo del franquismo. Esta narración es la historia de una pequeña calle comercial , Calle feria, y de unos hombres -viajantes, tenderos, dependientes- que no salen de ella y viven entre códigos propios, al margen de la existencia ortopédica de una ciudad temerosa y conforme. Mediante un haz de relatos entreverados por una sutil capilaridad llena de pequeñas correspondencias, Calle Feria propone contra aquella obsesión monolítica una escritura de la diversidad donde caben crónicas cinemátográficas, informes, artículos, diarios o lenguajes de receta. Y, antes que otra cosa, una fábula luminosa a medio camino entre la imaginación, el documento y la alegría del puro contar a fin de salvar la modorra y la obediencia que dominaban aquel perpetuo invierno.